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Victoria de Trump y el nuevo panorama político




Donald Trump ha sido elegido como el 47° presidente de Estados Unidos en una victoria contundente, acompañado de la recuperación republicana del Senado. Aunque el control de la Cámara aún no está definido al momento de escribir esta nota, el respaldo del voto popular y el dominio en estados clave otorgan a Trump un mandato claro y un fuerte apoyo para implementar sus políticas. 

La derrota de la administración demócrata de Biden se atribuye en parte al descontento de los votantes con el aumento en los costos de vida y la percepción de inestabilidad en la política exterior.

 

Expectativas sobre las principales políticas

 

1. Política Fiscal y Crecimiento Económico

Actualmente, la perspectiva fiscal en EE. UU. es incierta, ya que depende en gran medida de si los republicanos logran una victoria completa en las elecciones, con la Cámara de Representantes aún en disputa. La administración de Trump propone una política fiscal expansiva, incluso más agresiva que la planteada por Kamala Harris, que podría incluir la extensión de los recortes fiscales de la Ley de Recortes y Empleos de 2017 y la implementación de nuevos recortes impositivos. Esto probablemente impulsará en el corto plazo el crecimiento del PIB, aunque también podría generar presiones inflacionarias.

Las estimaciones económicas actuales apuntan a una desaceleración en el crecimiento en los próximos años debido a los aranceles más altos. Sin embargo, los recortes fiscales podrían mitigar parcialmente este efecto. Además, los ingresos adicionales generados por los aranceles ayudarían a contener el aumento del déficit fiscal, aunque no serían suficientes para cubrir completamente el costo de la política fiscal expansiva.

En el corto plazo, es posible que el crecimiento económico de EE. UU. supere su potencial debido a la implementación de políticas de desregulación y recortes fiscales. Sin embargo, la inflación podría limitar el margen de maniobra de la Reserva Federal para reducir las tasas de interés, lo que podría convertirse en un obstáculo para el crecimiento económico en el mediano y largo plazo.

 

2. Política Comercial

Se anticipa un endurecimiento significativo de la política comercial de EE. UU., con posibles aranceles del 10% para todos sus socios comerciales y hasta un 60% para China, según la campaña de Trump. Estos aranceles se esperan ejerzan presión inflacionaria para el 2025 en la economía de EE. UU., ya que los mayores costos de importación se trasladarían parcialmente a los consumidores y a los exportadores extranjeros. A nivel global, estas medidas podrían actuar como un obstáculo para el crecimiento económico, afectando principalmente a China y en menor medida a Europa.

Según los economistas los aranceles propuestos, aunque generarían ingresos adicionales para el gobierno, no serían suficientes para cubrir completamente el costo de los recortes fiscales, sumando una presión inflacionaria adicional. 

 

3. Inmigración y Desregulación

Trump planea adoptar una postura firme en materia de inmigración, con un enfoque en reforzar el control fronterizo, limitar la inmigración no autorizada y endurecer las políticas de asilo. Estas medidas podrían reducir el crecimiento de la oferta laboral a largo plazo. No obstante, se anticipa que su impulso hacia la desregulación, especialmente en sectores como el energético y financiero, favorezca el crecimiento económico, compensando en parte la falta de mano de obra.

 

4. Política Monetaria y la Reserva Federal

Trump ha sido crítico de la Reserva Federal y favorece tasas de interés bajas para estimular el crecimiento económico y el empleo, sin embargo, gracias a que sus políticas fiscales y arancelarias, como los recortes de impuestos y el aumento de tarifas, podrían generar más inflación. Esto obligaría a la Reserva Federal a adoptar una postura más cautelosa, ralentizando o incluso deteniendo su ciclo de recortes de tasas. Aunque se prevé que la tasa de los fondos federales se mantenga entre 3.25% y 3.50% hasta 2025, el aumento de la inflación podría llevar a la Fed a ser más restrictiva, lo que entra en conflicto con la postura de Trump.

 

 

 Reacciones iniciales del mercado financiero

Los activos financieros han respondido con entusiasmo a la victoria de Trump y la perspectiva de una economía centrada en políticas de "America First":

 

 Mercado de valores: Las reacciones iniciales para las acciones han sido muy positivas, con un repunte generalizado que pone al S&P 500 en camino de alcanzar un nuevo máximo histórico. Esto está impulsado por la expectativa de que Trump estimulará la economía y las ganancias corporativas a través de impuestos bajos, desregulación y un aumento del gasto público.

 

 Bonos del Tesoro: La renta fija en general, pero especialmente los bonos del Tesoro, ha experimentado un fuerte deterioro en los días previos a las elecciones, a medida que los mercados anticipaban y descontaban una victoria de Trump. Esto ha sido un reflejo de las expectativas de un aumento en el déficit presupuestario y la inflación. La rentabilidad de los bonos a 10 años alcanzó niveles no vistos en seis meses, debido a la anticipación de un incremento en el gasto público y recortes fiscales.

 

 

 Dólar estadounidense: La expectativa de una mayor inflación y tasas de interés elevó el valor del dólar, alcanzando su nivel más alto en un año. A pesar de que Trump favorece un dólar más débil, las políticas pro-crecimiento podrían mantenerlo fuerte a corto plazo.

 

 Activos refugio / Oro: La disminución en la incertidumbre política provocó una caída en los precios del oro, ya que el mercado interpretó el resultado como definitivo, eliminando uno de los factores de soporte para este activo. Sin embargo, las presiones inflacionarias derivadas de una presidencia de Trump podrían servir como un factor que limite el deterioro del precio del oro, al mantener su atractivo como refugio contra la inflación.

 

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